Hablando de palabras

Me gusta llamar a las cosas con su término más raro. La palabra más graciosa, por excelencia, es chirimoya, seguida de cochinillo y pollito/pollo. Hablando de pollos, tengo la irremediable manía de llamar a toda ave pollo. Las palabras que más me cuesta decir son ayudame y el primer te quiero a una persona. Y las que más temo son adiós y muerto. Creo que nunca entenderé la diferencia entre sarcasmo e ironía, aunque los uso constantemente. Desde una tontería que tuve hace unos años ya no saludo a mis padres y a mi hermano como mamá, papá y Alberto siempre son padre, madre y hermano, y sí, la gente se sorprende cuando me lo oye. Después de tanto leer literatura científica cuando intento escribir/hablar sobre un sentimiento lo hago como si de un tratado de fisiología se tratara, algo que odio. A pesar de lo que pueda parecer, siempre acabo llamando a los más allegados por insultos, la mayoría de ellos referidos al ámbito de la prostitución, aunque clararamente desde el cariño. Me gusta inventar insultos sin sentido alguno, a base de la combinación de otros ya existentes (he aquí otro ejemplo de mi querida manera de escribir tratados y sí, es ironía) como zorra infernal y cerdúpedo, son mis preferidos. Si sigo hablando de insultos tendré que decir que el que más uso es patético, para mí todo es patético si me quiero reír de alguien, a parte de que es un insulto tan gracioso como cretino. La palabra pantalón siempre me parecerá la más rara del mundo. Mi definición de amistad, se aleja de la de cualquier otra persona ya que solamente unos pocos llegan a recibir ese término, la mayoría son pre-amigos o de amigos, colegas, compañeros, conocidos... sin embargo para no tener que explicarlo suelo referirme como amigos de clase, amigos de la resi, amigos de Ávila o amigos de Salamanca, Sin embargo, aunque las palabras lo sean todo a veces nos faltan o incluso nos sobran.

Ver, oír y callar. Ver, oír y callar. Ver, oír y callar. Ver, oír y callar. Ver, oír y callar. Ver, oír y callar. Ver, oír y callar. Ver, oír y callar. Ver, oír y callar. Ver, oír y callar. Ver, oír y callar. Ver, oír y callar. Ver, oír y callar. Ver, oír y callar. Ver, oír y callar. Ver, oír y callar. Ver, oír y callar. Ver, oír y callar. Ver, oír y callar. Ver, oír y callar. Ver, oír y callar. Ver, oír y callar. Ver, oír y callar. Ver, oír y callar. Ver, oír y callar. Ver, oír y callar.

Siempre odie ir a la facultad, los horarios incomprensibles, las practicas que nunca terminan y las clases soporíferas, sin embargo, hasta esta semana nunca pude imaginar que las únicas risas sinceras que salieran de mi desde hacia meses fueran gracias a esa gente que se pasa conmigo de 8 de la mañana a 2 de la tarde, esa gente que no eran mas que compañeros, gente a la que pedir apuntes y hablar antes de los examenes, gracias a ellos soy capaz de evadirme de la mierda que rodea el resto de mi vida, al menos durante unas horas, supongo que los "frikys" nos entendemos mejor, gracias por hacer que mi núcleo Acumbens se llene de Dopamina, en serio, gracias.

¿Qué es lo mejor de un beso? ¿Los suaves movimientos de lengua y el intercambio de saliva? ¿Lo que supone besar? No, son esos escasos segundos antes, ese momento en el que ambos sabéis lo que viene después. El momento en que solo ves sus labios acercándose hacia ti, el corazón y la respiración se aceleran, mientras sientes un hormigueo en el brazo izquierdo y un extraño calor en el pecho, quizás acompañado por una leve sonrisa causada por la intensa emoción, hasta que timidamente vuestros labios se rozan y terminan fundiéndose en la mecánica y química de después. Pasados los días sigues recordandolo, te viene a la cabeza la imágen de sus labios, más que el si te acarició la mejilla, te cogio de la cintura o te aparto el pelo, aún notas ese hormigueo y esa extraña sensación en el pecho. Estos segundos es lo más especial y si aún lo recuerdas es porque significó algo.

Ni sensación intermitente ni hostias, constantemente fuera de lugar. Por suerte cuento con algunas cosas en esta vida, mi orgullo, este blog y tú. Creo que lo mejor que podía pasar en este día fue verte, echaba tanto de menos las conversaciones contigo que se me había olvidado que eres de las pocas personas que es capaz de comprenderme.
De vez en cuando es bueno recordar aquellas viejas amistades que perdiste, porque a veces son los únicos que de veras se esfuerzan en sacarte una puta sonrisa, gracias.

Se que tarde o temprano te encontraré, no tienes que estar muy lejos.

Lo más importante es mantener la fe en uno mismo, no importan los demás ya que todos o te acaban mintiendo o te acaban defraudando. No te fies de nadie, solo estás tú, mientras sigas en pie nada importa, eres tú y tus sueños, solamente tú.

El primer paso para una derrota es creer que nunca lo conseguirás.